La empresa donde trabajo nos repartió el año pasado calendarios donde para cada mes nos deleitaba con un consejo en primera persona para hacernos mejores empleados, pero que a nosotros nos parecía más una especie adoctrinamiento indeseable y desafortunado.
El consejo de no sé que mes era "Aprendo del éxito de los demás", pero dándole al palique entre los compañeros de mesa (es algo que hacemos a menudo) llegamos a otra conclusión quizás más cínica, pero más divertida y realista: "Mi éxito es el fracaso de los demás".
Ahora, cada vez que alguien mete la pata, alguien saca a relucir la frase ante el regocijo general (excepto quizás del que la ha cagado).
No sé si me he explicado bien, pero a nosotros nos hace gracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario